Por Dr. Jaime Zacharias, oftalmólogo – Clínica Oftalmológica Pasteur
El síndrome del ojo seco es una de las afecciones oculares frecuentes que veo en mi consulta y, a pesar de su alta prevalencia, sigue siendo un problema subestimado por mis pacientes. Se trata de una alteración en la cantidad o calidad de la película lagrimal, lo que genera que la superficie ocular no esté adecuadamente lubricada. Esto puede provocar molestias importantes que afectan el día a día: desde la sensación de arenilla hasta problemas en la visión.
Contenido
- ¿Qué es el síndrome del ojo seco?
- Principales causas del ojo seco
- Síntomas del ojo seco: cómo identificarlo a tiempo
- ¿Cómo evaluamos el ojo seco en la práctica clínica?
- Soluciones para cada tipo de ojo seco
- Ojo seco y lentes de contacto: cuándo replantear su uso
- Ojo seco y cirugía ocular: lo que todo paciente debe saber
- Una alternativa segura para pacientes con ojo seco
En este artículo, te compartiré mi experiencia clínica y los avances más relevantes sobre el diagnóstico y tratamiento del ojo seco. También explicaré por qué es un factor determinante para quienes desean someterse a cirugía ocular, y qué alternativas existen para aquellos pacientes que buscan independencia de los lentes, pero no son candidatos a cirugía láser.
¿Qué es el síndrome del ojo seco?
El ojo seco no es simplemente “tener los ojos irritados”. Es una enfermedad multifactorial que involucra tanto la producción insuficiente de lágrimas como alteraciones en su composición.
La película lagrimal tiene tres capas (lipídica, acuosa y mucosa) y cuando alguna de ellas falla, la estabilidad se pierde. Esto genera inflamación, daño en la superficie ocular y molestias que pueden comprometer incluso la visión.
En mi experiencia, muchos pacientes no saben que padecen esta condición hasta que los síntomas se hacen muy evidentes o cuando enfrentan dificultades con lentes de contacto o cirugías oculares.
Principales causas del ojo seco
Las causas del síndrome del ojo seco son variadas y, a menudo, combinadas. Las más frecuentes incluyen:
- Envejecimiento: la producción de lágrimas disminuye con los años.
- Uso prolongado de pantallas: cuando parpadeamos menos, la lágrima se evapora más rápido.
- Lentes de contacto: el uso prolongado altera la superficie ocular.
- Factores ambientales: calefacción, aire acondicionado, climas secos o exposición al viento.
- Medicamentos: antihistamínicos, antidepresivos, anticonceptivos y tratamientos para la hipertensión.
- Enfermedades autoinmunes: como el síndrome de Sjögren o artritis reumatoide.
En consulta, veo un patrón frecuente: pacientes jóvenes que usan lentes de contacto durante años y empiezan a notar incomodidad progresiva, sobre todo si trabajan largas horas frente a computadores. En ellos, el ojo seco suele combinar varios factores: uso de lentes, ambientes cerrados y falta de descanso visual.
Síntomas del ojo seco: cómo identificarlo a tiempo
El ojo seco puede manifestarse de muchas formas, lo que a veces dificulta el diagnóstico temprano. Entre los síntomas más comunes se encuentran:
- Sensación de arenilla o cuerpo extraño.
- Ardor, picazón o enrojecimiento ocular.
- Lagrimeo excesivo (como respuesta refleja).
- Visión borrosa fluctuante.
- Intolerancia a los lentes de contacto.
- Molestias al leer, usar pantallas o estar en ambientes con aire acondicionado.
Una frase que escucho mucho es: “Doctor, siento como si tuviera polvo en los ojos todo el tiempo”. Este tipo de síntomas no deben ignorarse: pueden progresar y comprometer la calidad visual y de vida del paciente.
Diagnóstico:
¿Cómo evaluamos el ojo seco en la práctica clínica?
El diagnóstico del ojo seco requiere una evaluación integral, mucho más compleja que solo observar el ojo.
En la Clínica Oftalmológica Pasteur realizamos un panel diagnóstico completo que incluye:
- Pruebas de cantidad y calidad lagrimal: como el test de Schirmer y el tiempo de ruptura de la película lagrimal.
- Estudio de las glándulas de Meibomio: mediante meibografía para analizar su estructura y funcionamiento.
- Evaluación de la superficie ocular: identificando posibles daños epiteliales.
Este tipo de estudio nos permite conocer el perfil individual de cada paciente y personalizar el tratamiento.
Soluciones para cada tipo de ojo seco
No existe un único tratamiento para el ojo seco. La terapia debe adaptarse a la causa y severidad. Entre las opciones más utilizadas:
- Lágrimas artificiales para el ojo seco: solución básica para la mayoría de los casos.
- Geles y ungüentos lubricantes: útiles en la noche o en casos más graves.
- Higiene palpebral y calor controlado: mejora el funcionamiento de las glándulas de Meibomio.
- Terapias biológicas: como el suero autólogo para regenerar la superficie ocular.
- Taponamiento de los puntos lagrimales: que ayuda a conservar la lágrima por más tiempo.
- Tratamientos antiinflamatorios tópicos: para reducir la inflamación asociada.
En los casos que buscan someterse a cirugía ocular, primero tratamos el ojo seco, para optimizar las condiciones de la superficie ocular y garantizar un mejor resultado.
Ojo seco y lentes de contacto: cuándo replantear su uso
El uso prolongado de lentes de contacto es una de las principales causas de disconfort ocular. Los pacientes con ojo seco moderado o severo a menudo ya no toleran los lentes por más de unas horas al día.
En estos casos, es importante:
- Evaluar el tipo de lente y la frecuencia de uso.
- Hacer pausas regulares para permitir la recuperación de la superficie ocular.
- Considerar alternativas permanentes como la cirugía refractiva o los lentes intraoculares fáquicos (ICL).
Ojo seco y cirugía ocular: lo que todo paciente debe saber
El ojo seco juega un rol clave en la cirugía refractiva con láser (LASIK, PRK).
Si bien estos procedimientos son seguros, pueden agravar los síntomas del ojo seco porque intervienen la superficie corneal. Por eso, una evaluación exhaustiva es indispensable antes de la cirugía.
Como explico siempre a mis pacientes:
“No todos los pacientes con ojo seco son candidatos a cirugía láser. Primero debemos tratar la superficie ocular y, en algunos casos, optar por alternativas menos invasivas.”
Lentes fáquicos (ICL):
Una alternativa segura para pacientes con ojo seco
Cuando el ojo seco es severo, la cirugía láser puede no ser la mejor opción. En estos casos, los lentes intraoculares fáquicos (ICL) son una excelente alternativa.
A diferencia del LASIK, los ICL no alteran la superficie corneal ni afectan la película lagrimal. Esto los convierte en una opción segura para quienes desean independencia de los lentes, pero tienen limitaciones para la cirugía láser.

Prevención: hábitos que ayudan a reducir los síntomas
Además de los tratamientos médicos, adoptar buenos hábitos puede mejorar los síntomas del ojo seco:
- Mantener una correcta higiene palpebral.
- Parpadear conscientemente durante el uso prolongado de pantallas.
- Utilizar humidificadores en ambientes secos.
- Evitar la automedicación con gotas sin indicación profesional.
El valor de un tratamiento personalizado
El ojo seco no es una simple molestia. Puede afectar la visión, la comodidad y el éxito de procedimientos como la cirugía refractiva.
Cada paciente es único. Por eso, la clave está en un diagnóstico preciso y un plan terapéutico personalizado.
En mi práctica, busco siempre el equilibrio entre la seguridad, el confort y los mejores resultados visuales, ofreciendo a cada persona la solución más adecuada para su situación.
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